Vaciar los tomates con cuidado de no dañar la pared lateral y que nos queden firmes.
La pulpa del tomate y resto de los ingredientes los pasamos por la licuador con cuatro cucharadas de agua, lo trituramos y le añadimos un poquito de aceite.
Rellenamos los tomates y los ponemos en el horno a 200 grados centígrados por unos 20 minutos.
Se sirven sobre una capa de lechuga y una nuez.